Por: Martha Bringas Gómez

Tal parece que el ministro Pedro Francke se está dejando asesorar en temas de reforma tributaria. Al menos es lo que parece, por las declaraciones brindadas recientemente, que ahora están enfatizando no solo en aumentar la carga tributaria a los que ya pagan impuestos, sino también en el control de la evasión y la informalidad que en el país supera ya el 80% de la economía nacional.

Es una verdad de Perogrullo, que nuestro actual modelo basado en regímenes con topes máximos de ingresos, solo fomenta la atomización empresarial y desincentiva el crecimiento de los negocios. Las Mypes le temen al crecimiento, pues hacerlo incrementa tanto sus costos que puede acabar matando la gallina de los huevos de oro.

Por eso, el titular del MEF, acogiendo las propuestas de los especialistas y del propio Banco Mundial, propone la simplificación del modelo para ir hacia un solo régimen, eliminando el RUS, el Especial de Renta e incluso el Régimen Mype Tributario. Pero lo que no dice es cómo hará para que este régimen único sea atractivo para el micro o pequeño empresario que a duras penas sobrevive con un pie en la informalidad y el otro a punto de saltar al otro lado.

No hay nada nuevo bajo el sol. Por eso, haría bien el gobierno en mirar los modelos que sí funcionan en otros países de Latinoamérica. De ellos, aprender dos cosas: auténtica progresividad y efectivo acompañamiento del Estado.

México, por ejemplo, cuenta con un régimen de incorporación fiscal, que le permite al emprendedor acoplarse al sistema tributario con declaraciones bimensuales, sin pagar nada el primer año e incrementar progresivamente la carga hasta un máximo de 10 años, tiempo suficiente para acompañar al contribuyente en su crecimiento y consolidación.

Colombia, a su vez, añade compensaciones o créditos tributarios para aquellos que formalicen su planilla laboral o fomenten el uso de medios de pago electrónicos entre sus clientes, extendiendo la bancarización a toda la ciudadanía. Algo clave para formalizar la economía.

Coincidimos con el MEF en que la propuesta de reforma tributaria debe pasar por la eliminación del RUS y el RER, así como mantener el régimen general como el pilar del sistema, pero con un modelo híbrido que incluya mecanismos de formalización similares a los regímenes de incorporación fiscal de México y el de compensaciones o créditos tributarios de Colombia. Solo así se crearán verdaderos incentivos para que el emprendimiento sea la ruta del verdadero crecimiento y desarrollo del país, con auténtica prosperidad para todos los peruanos.

Ello, aunado a una mejor gestión de los recursos recaudados y una responsable ejecución del gasto público, permitirá un sistema más justo y solidario, donde podamos decir que pagamos nuestros impuestos y por tanto tenemos derecho a exigir del Estado servicios públicos eficientes y de calidad.

(*) Abogada. Mg. en Gestión Pública. Directora de Asociación de Contribuyentes del Perú

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